‘Que se reelija AMLO’, ‘para siempre’, dicen en Dos Bocas
domingo, 10 de abril de 2022

REFORMA

Jorge Ricardo / Enviado

Paraíso, Tabasco(10 abril 2022).- “Que se quede”, dicen los obreros de la refinería de Dos Bocas, vestidos de overol anaranjado y el casco bajo el brazo, formados bajo el sol de 30 grados de la plaza municipal.

“Que se reelija el Presidente”, insisten, y José Hernández, 56 años, herrero de Ciudad Madero, Tamaulipas, que hoy trae ropa de descanso, suelta: “Que se quede los años que sean”, y los demás le hacen coro.

“Para siempre”, dicen.

En esta ciudad caótica, donde 30 mil obreros han ido y venido desde 2019 de la obra de los 160 mil millones de pesos al cuarto de azotea, a la casa donde duermen y beben cinco, seis, hasta diez para estirar el salario, la participación en la consulta de revocación de mandato del Presidente López Obrador estaba asegurada: “Si nos dio trabajo, ¿por qué no apoyarlo a su manera?”, pregunta José Hernández frente a la única casilla especial, para los votantes foráneos.

A las siete de la mañana ya hay cinco personas formadas.

Un ama de casa de Comalcalco que ya nunca ve las noticias porque dice que para qué si ya sabe que todos mienten y para qué si con las mañaneras tiene.

Un hombre de Veracruz que vino a agradecer su pensión de adulto mayor, tres obreros del Estado de México que llegaron con su ropa de descanso y cañas de pescar.

Se oye el rumor de los rezos de Domingo de Ramos en la Iglesia al lado, el aire que sacude los racimos de pétalos amarillos de los árboles “lluvia de oro”.

“Íbamos a pescar, ¿pero por qué no venir antes a agradecer al Presidente?”, dice el más chico, de 24 años.

Después del mediodía, salen los trabajadores de la obra, la mayoría foráneos que son quienes trabajan en domingo, y toman la fila con sus uniformes todavía empolvados y un cansancio ciego en el calor de la plaza.

“Mi nombre es Jesús Cacho Morales, soy del sur de Veracruz y estoy por… estoy refrendando mi apoyo al señor Presidente de la República, porque es mi decisión así para respaldarlo en su mandato como Presidente”, dice el de 28 años, todo vestido de anaranjado, lentes negros, una pañoleta color militar en el cuello, mientras espera en la fila de 100 personas.

En tanto, “Conchi”, la observadora de Morena, el único partido que vino a vigilar la elección, se preocupa: “Ya van más de mil 200 a votar y solo hay 2 mil boletas”.

“Estoy aquí formada votando y apoyando al Presidente porque realmente desde que egresé he tenido muchas oportunidades gracias a los programas que él ha impuesto, soy supervisora de seguridad en la refinería y anteriormente ya estuve en el programa de Jóvenes Construyendo el Futuro, cuando recién, y ahorita ya gracias a eso tengo más experiencia y ahorita estoy trabajando”, dice Jacqueline Bautista Reyes, de Cosamaloapan, Veracruz.

La fila va replegándose hacia los árboles “lluvia de oro”, buscando la sombra. En las casillas de Francisco I. Madero y Moctezuma, a 20 minutos de Paraíso, entre el verde inmenso de la sabana, las filas tampoco disminuyen.

También se reporta lo mismo en Villahermosa.

Como se dice, la tenia fácil el Presidente en Tabasco, en su propia tierra. Ya fuera por el trabajo, o los apoyos. Podría ganar con los ojos cerrados y, de hecho lo hace: “¿Qué significa revocación, tú?”, le pregunta una mujer joven, de unos 28 años, a su marido en la Primaria Benito Juárez, de la Moctezuma Segunda Sección y el otro se ríe y le da un golpecito en la cabeza y se van riendo de haber votado por el “buelito”.

“¡Yo a mi boleta le voy a poner que se reelija todos los años que él guste para que se les reviente el hígado a los opositores!”, grita el taxista José Del Carmen, 67 años, sin dejar de esquivar baches y perros y autos y puestos de naranja y papaya y peatones que van arrastrando sus chanclas en el concreto polvoso de las calles.

A José aún no se le pasa el coraje contra el INE, que en Tabasco puso esta vez sólo mil 079 casillas, 2 mil menos que en 2018, debido al recorte de presupuesto que le hizo el partido del Presidente, pero también contra su hija.

Cuando le preguntó dónde le tocaría votar a él, ella le dijo “creo que aquí no vamos a votar”.

“En balde que te mandé a la Universidad, en balde, gente pendeja, cómo puedes decir que aquí no va a haber un ejercicio tan importante, qué te comieron los pinches comejenes la cabeza”, dice que eso le dijo.

Acá, en la salida a Comalcalco, una vendedora de empanadas y cazones a la orilla de la carretera le pregunta a su marido que esa elección de qué es y él marido, muy a gusto con la vida, se espanta una mosca de la chancla y le responde pacientemente: “Es para reelegir al Presidente”.

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